Tratamiento especialmente pensado para aliviar las molestias y sobrecargas musculares que a lo largo del Camino puede acumular el peregrino. En función de las necesidades de la persona y analizando su actividad concreta (ciclismo, caminar… ) podremos actuar en aquellos grupos musculares con mayor necesidad de recuperación. Los objetivos generales son, por lo tanto, preparar los tejidos para un nuevo esfuerzo manteniéndolos en un estado óptimo y poder, de este modo, proseguir con la siguiente etapa del camino.
Para ello la mejor opción es la combinación de diferentes técnicas de masaje como:
Criomasaje:
Aplicación frío local por medio de hielo u otro agente con capacidad de conservar una temperatura fría. Este masaje se lleva a cabo sobre la masa muscular de forma lenta con el fin de conseguir un efecto sedante y relajante.
Masaje de recuperación:
En esta fase está muy indicado el drenaje linfático manual aplicando técnicas de roce y compresiones rítmicas. Tras el esfuerzo realizado, con esta tipología de masaje no solo se recuperan los niveles corporales sino que se consigue una sensación general muy reconfortante tras el esfuerzo diario realizado.
Masaje de pies:
Los pies contienen miles de terminaciones nerviosas y cada órgano, función y parte del cuerpo tiene en ellos su correspondiente punto de reflejo. Este masaje está orientado a obtener un estado de relajación y bienestar, se realiza de manera calmada y pausada , atendiendo a las tensiones generadas por la acción continuada de caminar, consiguiendo un efecto de calma y comodidad, contrarrestando la fatiga, aliviando molestias, dolores y malestares y mejorando la circulación.